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Pastel de Vainilla Clásico
Introducción:
El pastel de vainilla es un clásico en la repostería, apreciado por su suavidad y delicioso sabor. Es una
receta básica pero versátil que puede disfrutarse sola o con una variedad de glaseados y rellenos. Este
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pastel es perfecto para cualquier ocasión, desde celebraciones hasta un simple postre casero.
Ingredientes:
Para el pastel:
2 tazas de harina para todo uso
1 1/2 tazas de azúcar
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1 taza de mantequilla (a temperatura ambiente)
4 huevos
1 taza de leche
2 cucharaditas de extracto de vainilla
1 cucharada de polvo para hornear
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1/2 cucharadita de sal
Para el glaseado:
2 tazas de azúcar glas
1/4 taza de mantequilla (a temperatura ambiente)
1/4 taza de leche
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1 cucharadita de extracto de vainilla
Instrucciones:
Precalentar el horno:
Precalienta tu horno a 180°C (350°F). Engrasa y enharina un molde para pastel.
Preparar la masa:
En un bol grande, tamiza la harina, el polvo para hornear y la sal. Reserva.
En otro bol, bate la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y ligera.
Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
Incorpora la vainilla.
Añade la mezcla de harina a la mezcla de mantequilla en tres partes, alternando con la leche.
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Comienza y termina con la mezcla de harina. Mezcla hasta que todos los ingredientes estén bien
incorporados.
Hornear el pastel:
Vierte la masa en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula.
Hornea durante 25-30 minutos o hasta que un palillo insertado en el centro del pastel salga limpio.
Deja enfriar el pastel en el molde durante 10 minutos antes de desmoldarlo sobre una rejilla para que
se enfríe completamente.
Preparar el glaseado:
En un bol mediano, bate la mantequilla hasta que esté suave.
Añade el azúcar glas, la leche y la vainilla. Bate hasta obtener una mezcla homogénea y suave.
Si el glaseado es demasiado espeso, añade más leche, una cucharadita a la vez, hasta obtener la
consistencia deseada.
Decorar el pastel:
Una vez que el pastel esté completamente frío, extiende el glaseado uniformemente sobre la
superficie del pastel.
Puedes decorar con frutas, chispas de chocolate, o cualquier otro adorno que prefieras.
Conclusión:
Este pastel de vainilla clásico es una delicia que nunca falla. Su textura suave y esponjosa combinada
con el glaseado cremoso lo convierte en el postre perfecto para cualquier ocasión. Ya sea que lo
disfrutes con un vaso de leche, una taza de té o simplemente solo, este pastel seguramente será un
éxito entre tus amigos y familiares. ¡Disfruta!